Esto una cortesía de nuestro amigo Roy Vélez, así que pondremos su narración, hasta que redactemos una.
La perseguí como media hora y le hice como medio centenar de fotos, de las cuales pude rescatar muy pocas. Volaba y se movía como un picaflor. Mi amiga Rossy Montaño, bióloga del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado -que a su vez consultó con su amigo entomólogo Marcelo Amaya-, me ayudó a encontrar información acerca de ella. Se trata de una polilla diurna (creo que Aellopos fadus), de la familia Sphingidae.
Su cuerpo tiene unos cinco centímetros de largo. Se las llama polilla picaflor. Se alimenta, como otros lepidópteros, del néctar de las flores, se presenta principalmente en los meses de verano y se la encuentra desde Argentina y Paraguay hasta el sur de los EEUU.
|