Características:
Son pequeños (no más de pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros, a veces con manchas o motas, más a menudo lisos. El cuerpo es ovoidal, sin distinción patente de sus tres regiones (cabeza, tórax y abdomen). Pueden ser, dentro de una misma especie, ápteros (sin alas) o alados. En este caso tienen dos pares de alas membranosas, relativamente pequeñas, siempre mucho más grandes las anteriores, transparentes, dotadas de un borde de ataque engrosado y generalmente marcado por un estigma o mancha, que colocan en posturas diversas, a menudo erectas, durante el reposo.
Cuerpo blando de forma piriforme. Antenas 4 a 6 segmentadas, segmento terminal delgado. 3 ocelos. Tarsomero basal pequeño. Alas anteriores, si presentes, con una vena compuesta paralela al margen costal terminado en un terostigma; alas posteriores usualmente con una vena longitudinal y dos venas oblicuas. en reposo mantienen en techo de dos aguas. Siphunculi (cornículos) pareados sobre el abdomen.
Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones o cornículos, pequeños apéndices erectos de posición dorsal que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten sustancias u hormonas que repelen a sus depredadores naturales. También producen una secreción azucarada por el ano que les sirve para sobornar a las hormigas. Las hormigas protegen a muchas plantas de sus parásitos a cambio del néctar que reciben de nectarios extraflorales situados generalmente en las hojas. Los áfidos han desarrollado en la evolución una relación simbiótica con hormigas, que no sólo los toleran sobre las plantas, sino que los protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas o las crisomelas, a cambio de la secreción de sus sifones, que les sirven de alimento. También las abejas pueden recoger esa melaza e incorporarla a la composición de la miel.
Ciclo biológico:
Las dos características biológicas más importantes de los pulgones son la viviparidad y la heterogonia distintas formas de reproducción, en la que se alternan varias generaciones de hembras partenogenéticas con una generación anfigónica, ligada a un notable polimorfismo y que aparece cuando las condiciones medioambientales dejan de ser adecuadas. Esta última característica, unida a la exclusividad de numerosas especies respecto a la planta hospedadora, hacen que existan, al menos, hasta doce tipos distintos de ciclos biológicos entre los pulgones.
Así, si sólo necesitan una especie de planta para completar el ciclo son denominadas de ciclo monoico eumonoico y si necesitan de dos, dioico, aunque a veces puede ocurrir que por reducción lo hagan en una sola, paramonoico.
Según el tipo de generaciones que aparecen pueden ser holocíclicos, cuando existe una generación anfigónica, y anholocíclicos, cuando no existe esa generación, como en el caso del gran pulgón pardo de los sauces. Si se producen variaciones en estos tipos en poblaciones determinadas por condiciones medioambientales favorables, entonces se habla de paraciclos.
Tres son los ciclos troncales de los que han evolucionado los demás por paraciclia, uno monoico y dos dioicos.
ciclo monoico y holocíclico del pulgón de robles y encinas (Lachnus roboris)
De un huevo puesto al final del otoño nace, ya en primavera, una hembra, la denominada fundadora, partenogenética y vivípara. A ella le siguen varias generaciones de hembras también partenogénicas y vivíparas, ápteras en el caso de L. roboris lo son o aladas, son las fundatrígenas. La última generación de fundatrígenas dan lugar a sexúparas, que por partenogénesis dan lugar a los machos y hembras de la generación anfigónica. Estas hembras pondrán los huevos fecundados antes del invierno.
ciclo dioico holocíclico del género Pemphigus
Del huevo que ha pasado el invierno nace una gran hembra fundadora, áptera, muy prolífica y gallígena forma agallas muy específicas en la planta huesped. Tras una o varias generaciones de fundatrígenas gallícolas habitan dentro de las agallas formadas por la fundadora se llega a la última generación que es alada, son las fundatrígenas migrantes, o simplemente emigrantes. Éstas vuelan a las raíces del hospedador secundario donde producen varias generaciones de virginógenas, exiliadas o alienícolas. De la última generación de exiliadas nacen las sexúparas, que son aladas y migran de vuelta al hospedador primario. Allí nacerán machos y hembras ápteras sin rostro, y que, por tanto, no se alimentan. No pondrán un único huevo fecundado, sino que éste quedará protegido dentro del cuerpo la hembra muerta y apergaminada.
ciclo dioico holocíclico del pulgón del rosal (Macrosiphum rosae)
Este ciclo es muy similar al anterior hasta que nacen las sexúparas, las andrópras paren sólo machos son ápteras y las ginóparas paren hembras son aladas y migran. Los machos de esta nueva generación también son alados y también migran, en cambio las hembras ovíparas son ápteras.
Entomología aplicada:
Los áfidos tienen gran importancia ecológica y agronómica. Muchos constituyen plagas que comprometen el valor de los cultivos y de estos algunos son también vectores de virus que atacan a sus plantas hospedadoras.
FUENTE: http://articulos.infojardin.com/Pulgones.htm
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