A diferencia de otras, las marabuntas no tienen un hormiguero como tal. La colonia está en permanente movimiento, cual corriente imparable de un río. Los individuos de la especie Eciton bruchelli desfilan por los bosques y las llanuras de Pando y Beni.
Cuando necesitan dormir, las obreras construyen, con sus mismos cuerpos, un refugio en el cual los soldados y la reina descansen protegidos de los elementos. Mientras examina los ejemplares de Eciton bruchelli, el experto Miguel Limachi, de la Colección Boliviana de Fauna, explica que esta especie es una de las más primitivas de su clase. Uno de los criterios que determina
la afirmación es que su estructura social sólo comprende tres castas: reina, obreras y soldados. “Aparte de ellos
las obreras no muestran la especialización que otras especies de hormigas presentan”.
Las poderosas mandíbulas, similares a los colmillos de elefantes, están en sus cabezas y revelan que su comida es la carne.
Cualquier tipo les satisface, siempre y cuando esté en su camino. “Con toda la colonia actuando junta, la historia del tigre
que termina siendo devorado por estas hormigas puede volverse verídica”
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